Nicea 325: 1700 años después, seguimos diciendo “Jesús es Dios”
- Ricardo Casimiro
- May 24
- 2 min read
El 20 de mayo de 2025 celebramos algo que no puede pasar desapercibido: el 1700.º aniversario del Concilio de Nicea, el primer gran concilio ecuménico de la Iglesia. Ocurrió en el año 325, en una ciudad que hoy conocemos como İznik, en Turquía. Fue un momento crucial en el que la Iglesia, aún joven pero ya llena del Espíritu, tomó la palabra para defender con claridad quién es Jesús.
Todo esto pasó pocos años después del Edicto de Milán, cuando el emperador Constantino concedió libertad religiosa a los cristianos. Y fue el mismo Constantino quien convocó el concilio, reuniendo a unos 300 obispos que llegaron desde diversas regiones del Imperio romano. ¿El motivo? Una crisis de fe provocada por una herejía llamada arianismo, que afirmaba que Jesús no era verdaderamente Dios, sino una criatura creada por el Padre.
Pero en Nicea, la Iglesia no dudó. En el Credo que nació allí, proclamó con valentía:
“Jesús es engendrado, no creado, consustancial al Padre”.
Esta pequeña frase contiene una verdad inmensa: Jesús no es alguien parecido a Dios; es Dios. Es eterno, igual al Padre, lleno de la misma gloria. Esta afirmación no es solo teología antigua: es el corazón de lo que seguimos creyendo cada vez que rezamos el Credo.
Al principio, este Credo era una profesión de fe para quienes iban a ser bautizados. Más tarde, fue incluido en la liturgia, primero en Oriente y después también en Occidente. Fue oficialmente incorporado a la Misa romana en el año 1014, durante la coronación del emperador Enrique II por el Papa Benedicto VIII.
Hoy, tantos siglos después, lo seguimos rezando. Y me pregunto —y te invito a preguntarte también—:
¿Somos conscientes de lo que decimos cuando proclamamos “Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios”?
El Concilio de Nicea no es solo historia. Es un acto de fidelidad, de defensa del misterio de la fe, de compromiso con la verdad. Es la voz de la Iglesia que, hace 1700 años, y todavía hoy, se atreve a decir con firmeza:
Jesús es Dios. Y en Él creemos.
Texto original en portugués, traducido al español.





Comments